Bueno, en realidad miento.
Creo que sí podríais llegar a entenderme; me siento igual que cuando uno finaliza uno de esos pesados trabajos de Tecnología y te ponen muy buena nota al día siguiente, o cuando sacas un Diez merecidamente en un examen. Cuando después de tanto estudiar te hartas de reír hasta llorar de felicidad o cuando todos tus planes salen redondo. Me siento así.
Pero, lo mejor es que no he sentido que haya perdido el tiempo. Por una parte sí, por otra parte no. ¿Sabes? Creo que deberías de sentirte afortunado, porque nadie te querrá más que yo te he querido. Y tú, pedazo de imbécil, lo has perdido. Podrías haber sido feliz conmigo, pero no, preferiste jugar conmigo, con mi corazón. Como una tonta caí mil veces en tu juego y perdí. Pero, esta vez es diferente, he ganado.
Ahora te toca lamentarte si algún día sabes esto, te toca sufrir todo lo que yo he sufrido, aunque sé que nunca lo harás. Nunca llegarás a sentir por nadie lo que yo sentí por ti, porque yo te quise de verdad. La verdad es que tampoco llegarás a sufrir todo lo que yo sufrí por quererte. Y en eso sí me lamento, sufrí muchísimo.
La mayoría de las veces que pasaba a tu lado notaba como mi corazón se iba haciendo más y más pequeño y se iba quebrando poco a poco. Hasta que un día, se rompió por completo. Tú y solo tú fuiste el causante de esto.
Puede que me alegre de todo lo que llegué a descubrir permaneciendo a tu lado y queriéndote sin ser correspondida, pero si me dieran una de esas oportunidades que salen en las películas con una grandiosa máquina del tiempo, si me dieran la oportunidad de volver al pasado pagaría lo que hiciese falta, para que no te cruzaras en mi vida.
Si tan sólo me concedieran un deseo tú y tus jueguecitos nunca hubieran aparecido en mi vida, te lo aseguro.
Te di mil oportunidades para rectificar y hacer que yo me sintiera mucho mejro a tu lado, te di más de mil y decidiste perderlas todas.
Espero que nunca más aparezcas en mi vida
hasta N U N C A