viernes, 20 de noviembre de 2009

Él

Una vez más estoy aquí, delante de la pantalla del ordenador. Son las 0:46 de la noche. Ya se puede considerar que es Sábado 21 de Noviembre. Quedan seis días para que sea ese día en el que se cumple dos meses que estoy así. Queda un mes para el invierno y con él vendrá el frío y las ganas de quedarme en casa, a las que las superarán las ganas de verte y que finalmente saldré de casa con ese propósito; verte.
Realmente no tengo una razón por la que escribir. He pensado que ya era hora de contar un poco más de mi historia y ¿qué mejor que hacerlo aquí? Escribiré todo lo que he vivido poco a poco, pues lo tengo grabado en mi corazón, y lamento decir que esta historia estará ahí para siempre.

Todo empezó aquel día, el 27 de Septiembre de este mismo año.
La palabra amor tenía otro significado para mí hasta entonces. He pasado por muchas historias que ahora no vienen a cuento. Sólo sacaré una. La que me ilusionó durante un año sin llevar a cabo nada.
¿Su nombre? No lo diré, claro está. Pero, le pondremos un nombre para conocerlo de aquí en adelante.
El chico de los ojos verdes.
Cosas que tenía seguras de él... La música, el deporte. Poco más puedo decir de él, fue amor a primera vista. Sé que fue amor porque nunca había tenido tantas ganas de que llegasen los martes y él hizo que todo eso fuera posible. Las ganas de salir de casa a las cuatro para volver a las siete y media y todo por él. Todo lo que él me producía, ese cosquilleo, esas sonrisas sin querer... Y él no tiene ni tenía ni idea de nada. Es curioso. No sé cómo he podido enamorarme sin conocer en profundidad a una persona y sin embargo lo he hecho... Siempre estarás ahí, en mi vida, sin duda.

Pero no, me he centrado demasiado en esa historia y no es la central ni mucho menos, ojalá. Ojalá mi vida girara en torno al chico de los ojos verdes, más quisiera yo.
Mi corazón me ha jugado una mala pasada, ha escojido a otro y no es precisamente el que yo creía que quería. Pero, ¿siempre es así no? El corazón lleva la contraria. Quizá por eso se caracteriza tanto de ser como es.
Ése, el otro, es ahora una de las personas más maravillosas y más gilipollas a la vez. Lo es todo y nada. Es mi razón de sonrisa y mi razón por la que a veces lloro sin querer. Es mi mundo de colores y el más gris que te puedas imaginar.
Él es y es no... Él es la persona más indecisa del mundo.

Él, es el más perfectamente imperfecto.


Claudia♥

3 comentarios:

  1. me encantó tu historia (: y el blog, gracias x seguirme!

    te leo.

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  2. La historia es super bonita, realmente viviendola día a día no es igual que escrita de esta manera :)
    Te quiero!

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  3. Por casualidad he encontrado tu blog..

    Bonito texto, enserio :)

    Me he identificado en lo que has vivido o estas viviendo.

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