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Y por más que lo hacía no encontré solución alguna. Pero lo cierto es que a parte de un sentimiento de casualidad se despertaron en mí los sentimientos de culpabilidad y me hicieron recordar. Recordar cosas inacabadas, recordar sentimientos, personas, lugares, encuentros. Recordar historias bonitas y recordar historias malas. Recuerdos. Todo está lleno de ellos. Con una simple mirada a aquellas cosas que nos hacen recordar es suficiente. Nos abren una puerta a las cosas del pasado. ¿Y no dicen que lo hecho y pasado, hecho y pasado está? Pues en mi caso nunca he comprobado la credibilidad de esa frase. Todo vuelve. Siempre. En mi caso es siempre. Y ahora más que nunca.

No te rindas quinientostreinta,
Claudia♥